3. MEDICINA POPULAR DE
Son como veremos diversas las aplicaciones que posee la serpiente en la medicina popular gallega y minhota. Pero como bien señala Bermejo Barrera, haciéndose eco de los pensamientos de C. Lévi Strauss sobre el pensamiento "salvaje" o los de M.Foucault cuando estudia el desarrollo de la ciencia positiva en
Sin más señalaré las aplicaciones de la serpiente en la medicina sin más pretensión que de que sirva de índice indicativo de la importancia de este animal en nuestro folklore.
Son varios los autores que mencionan que el caldo de la camisa de la cobra o culebra es un remedio muy eficaz contra las dolencias reumáticas, pues hace sudar mucho al enfermo. En ocasiones se hacen preparados que no se expecifican para el mismo fin, tanto de uso interno como externo88.
Son también varios los autores que nos dicen que en algunos pueblos colocan la piel de la serpiente en el vientre de las parturientas para acelerar el parto y así ayudar a expulsar las membranas, también utilizando para él mismo fin se les da caldo de piel de culebra89.
Unido sin duda a esta idea de fertilidad de que da la serpiente, son las referencias de que en algunos sitios las parejas que no tienen hijos y los desean, realizan él acto sexual en un lugar determinado y ponen debajo de la mujer, a la altura de sus caderas, uno piel de serpiente extendida90. Son los casos conocidos de la "Pedra dos enamorados" de Marín, Pontevedra y S. Guillermo de Finisterre, en
Existe el llamado "aire da culebra" que se caracteriza por presentar el enfermo unas determinadas manifestaciones dérmicas, que se convierten con el tiempo en costras. Se suele llamar eczema vulgar. Este "mal da culebra" o "aire da culebra", puede curarse con diversos tratamientos. Siguiendo a Lis Quiben tenemos que este mal, en Forcarey {Pontevedra), se llama "mal do cobral" y, para curarlo, golpean la parte enferma con tres ramitas de "fionllo", mojadas en vino una vez al día y durante nueve seguidos, antes y después de ponerse el sol, al mismo tiempo que se recitan unos versos. Existe como dijimos varios procedimientos, pero todos tienen en común que hay que recitar esos versos, que pueden ser distintos según la zona en donde estemos91.
También como aplicación para remediar enfermedades de la piel, tenemos que para curar las verrugas y manchas de la piel, en Morana, se seca la culebra sin cabeza, sin que le dé la luz ni la ilumine
Para atrapar a la culebra que ha de servir de remedio contra la enfermedad anterior, se usa como cebo una paloma que nunca halla puesto huevos y se tiene enjaulada hasta que ponga cinco. Luego se mata sacándole el corazón y se le da de cebo a la culebra92.
En Caldas de Reís, en la provincia de Pontevedra, se utiliza, para "sandar de flemóns e abcesos métese unha serpe n-unha canivela que se colga do pescozo do enfermo. Conforme a serpe vai podrecendo, o flemón bota fora o pus, e remata por cicatrizar cando o corpo do animal seca totalmente"93.
También para los calambres y para que desaparezcan, hay que bendecirlos con una hoz muy usada, vertiendo sobre ella unas mezclas de sangre de culebra y murciélago. Por otra parte, para curar la diarrea se le da al enfermo un "caldo de culebra", utilizando la carne procedente de la espina dorsal94
En Lumares, tierra de Caldelas, se hace cocer todo el cuerpo del animal, sólo tirando la cabeza y la cola, y se da a personas con fiebres conjuntivas95.
También se utiliza la serpiente para combatir la llamada tos del ganado. Dándole al ganado enfermo la camisa de la serpiente, mezclada con otro alimento para que la coma. Es frecuente esto y se ha detectado en Gundemil, Limia y Arosa96.
Para los "flujos en general", dice Lis Quiben, en algunos pueblos, "colocan sobre el vientre la piel de una culebra y utilizan mucho la boñiga fresca de culebra"97.
Por último, señala Risco, que la carne y el caldo de la serpiente son además buenos para la tos ferina, la tisis y diciendo que el caldo se prepara cociendo la carne que se come aparte. También el mismo autor decía que la camisa de la culebra sirve entre Otras cosas ya mencionadas anteriormente, para aliviar las jaquecas, colocándola alrededor de la cabeza sujeta con una venda98.
Otros autores señalan que es buena contra el "mal de ojo" pero no dicen como la utilizan99.
Sin duda en donde existe una gama muy amplia y muy variada de la aplicación de la serpiente en la medicina popular, es en lo referente a combatir el veneno de este animal y su mordedura. El caso más corriente es que se machaque la cabeza de una serpiente y se coloque sobre la herida100. Rodríguez López a su vez dice que "lavando con el agua donde se sumergiese el anillo de alicornio algún tiempo, las mordeduras de serpientes u otro animal ponzoñoso, destruye la ponzoña y cura la herida"101. Pero, sin duda, el método que aún se conserva boy entre nuestros paisanos es el de aplicar una piedra especial sobre el lugar en decide está la mordedura del animal. Esta piedra se conoce y aplica tanto en Galicia corno en el Norte de Portugal, pero como veremos posee distinta denominación y características concretas cada una. Asi en Galicia esta piedra es conocida como "pedra da ponzoña" y, según las notas recogidas por Risco, esta piedra posee forma de ficha, y se crea u origina al poner seis o siete culebras juntas, que se friegan unas con otras, basta que suelten una sustancia con la cual se forma esa piedra102. En el Norte de Portugal se le conoce a esta piedra con el nombre de "a pedra de cobra" o "pedra Bezoar", y posee unas características muy peculiares y complicadas formas de aplicarla sobre la mordedura, que por no extenderme en el tema, remita a quien le interese el tema, a Bathencourt Ferreira y Dos Santos Junior, que poseen un interesante y profundo artículo sobre el respecto105. Como ocurría en Galicia, también en la parte portuguesa, se registra el llamado "mal da cobra", que se produce por despedir este animal un aire viciado y supersticioso, y contra él poner en la boca del enfermo leche para cuando salga la culebra a beberla poder agarrarla y echarla fuera del enfermo
Nota.- Ilustra este comentario, dos esculturas del dios romano de la medicina, Esculapio, encontradas en Mérida y Ampurias, que se pueden contemplar, en el museo arqueológico nacional de Madrid y el museo arqueológico de Barcelona.
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